martes, 6 de marzo de 2012

Si vuelvo a mi país, El Salvador me mataran
Prensa Hispánica
Álvaro López

“Nos está costando salir adelante y lo más difícil es que estamos por perder todo por falta de recursos, mi esposo era quien nos ayudaba, apenas gano para los estudios de mis hija si la comida” Con estas palabras expresa su preocupación y tristeza María de los Ángeles Artiga, a quien así llamaremos por su seguridad.
Todo inicia en el año 2004 cuando a María de los Ángeles le asesinan a su cuñado en una Colonia populosa de Soyapango, meses después las pandillas le dan muerte a su suegro también. Ser guardias de seguridad privada y no dar la mal llamada “renta” provoco la muerte de estos familiares; pero el problema continuo porque se ensañaron contra su esposo, también que era guardia de seguridad. En una ocasión fueron víctimas de un ataque al bajarse del autobús saliendo ilesos.
Aquí comenzó una persecución por asesinar a Antonio Pérez como le llamaremos por seguridad, ante esta problemática decidió emigrar para Estados Unidos en el año 2008, logrando llegar como 3 meses después sin recursos y nadie que lo acogiera. En diciembre del año 2011 es capturado por inmigración en EE.UU siendo llevado a una cárcel de Texas, desde ese momento la situación económica se volvió más complicada para María de los Ángeles Artiga; hoy en día está por ser deportado a El Salvador con el peligro de ser asesinado por quienes lo hicieron huir.
Mientras Antonio Pérez ha pedido asilo explicando el problema de persecución por las pandillas en El Salvador, presentándose a distintas audiencias esperando una resolución favorable, pero el consulado salvadoreño no ha intervenido para abogar para que a un salvadoreño pueda salvar guardar su vida y la subsistencia de su familia.
Mientras María de los Ángeles Artiga espera que las autoridades salvadoreñas intervengan y puedan ayudar a este salvadoreño que de volver a El Salvador su vida estaría en peligro. Problemática que muchos salvadoreños están viviendo ante el flagelo de la delincuencia, mientras unas cartas escritas a lápiz son la única forma que ayudado a estar comunicada a esta familia que también han sido víctimas de quienes ciegan la vida de muchos salvadoreños.
“yo espero que me ayude y que le faciliten un asilo porque no quiero que asesinen a mi esposo” así termina María de los Ángeles Artiga y con lágrimas en los ojos espera una respuesta favorable”

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